URUGUAY
DESCARTA TRÁFICO DE ÓRGANOS EN CRÍMENES DE ENFERMEROS
20
de marzo de 2012
RAUL
O. GARCES
El ministro de Salud Pública
uruguayo descartó el martes que el tráfico de órganos haya sido uno de los
motivos de los 16 asesinatos de pacientes hospitalarios admitidos por dos
enfermeros, que fueron procesados y cumplen prisión preventiva.
"Toda la medicina del
Uruguay trabaja por la vida y la salud y entre esto está la donación de órganos
a los bancos respectivos donde todo está bajo control, institucional y técnico.
Tenemos récords de donantes y transplantes y somos un país ejemplo en la
región, por eso está absolutamente descartado el tráfico de órganos" en
estos crímenes, dijo en rueda de prensa el ministro Jorge Venegas.
Venegas estuvo acompañado
por el subsecretario de Salud Pública Leonel Briozzo y por Eduardo Levcovitz,
representante de Uruguay ante la Organización Panamericana de la Salud y la
Organización Mundial de la Salud, que prestan colaboración técnica en la
investigación de los crímenes.
El juez penal Rolando Vomero
y la unidad del crimen organizado continúan investigando el caso que ha causado
alarma pública, dijo Venegas.
Briozzo indicó a The
Associated Press que "se han realizado pericias psiquiátricas a los dos
involucrados, pero hasta el momento no tenemos los resultados", aunque
todo lo declarado e indagado previamente parece indicar que actuaron con total
conocimiento de lo que hacían.
Los dos enfermeros,
causantes directos de los crímenes con inyecciones de morfina y de aire,
adujeron que lo hacían para aliviar los males de los pacientes, indicó el juez
Vomero. Sin embargo, se comprobó que hubo casos de pacientes que no padecían
enfermedades terminales que también fueron víctimas de esa práctica letal.
El relato de Leslie
Menchaca, una joven de 36 años nieta de una de las víctimas, es estremecedor.
"Sólo nosotros sabemos
lo que estamos pasando con el asesinato de mi abuela. Ella fue internada el
primero de marzo con un cuadro de convulsiones. Era diabética, pero con todos
los cuidados del caso. No era para morirse. Tenía 74 años", dijo la joven
en entrevista telefónica con la AP.
Recordó que su abuela, Santa
Gladys Lemos, "compartía la sala con otras tres personas internadas y le
pusieron 'la loca' porque se había quitado las vías que tenía colocadas para
pasarle suero... Entonces la ataban a la cama".
El 12 de marzo la mujer
recibió el alta y aguardaba que su familia la pasara a buscar por el hospital
público Maciel. "De pronto nos avisaron que había decaído y echaba espuma
por la boca, una hora después, nos dijeron que estaba recuperándose normalmente
y al rato retornaron quienes la atendían y nos informaron que había fallecido",
dijo Menchaca.
"Es horrible lo que
está pasando y lo que nosotros estamos pasando. Porque alguien puede morir de
alguna enfermedad, eso está claro, pero esto fue un asesinato", añadió.
Las autoridades informaron
que se están implementando rápidamente medidas de seguridad en los
establecimientos de salud para minimizar las posibilidades que se repitan
episodios de esta naturaleza.
Una de esas medidas es, dijo
Briozzo, la instalación de cámaras tipo "cajas negras de los aviones"
para los controles. No dijo cuánto tiempo demandará instalar las medidas
adicionales de seguridad.
Levcovitz dijo que ambos
organismos internacionales de salud "quedaron a completa disposición de
las autoridades uruguayas" y recordó que aunque no es común "se han
producido episodios de este tipo a lo largo de la historia".
"El homicidio serial en
materia de salud es infrecuente, aunque hubo episodios de estos en Inglaterra,
España y los Estados Unidos, pero son los primeros en América latina hasta
ahora", dijo Levcovitz.
Las muertes se produjeron en
dos centros, el sanatorio privado La Española y el hospital Maciel, ambos en
Montevideo. Además de los dos enfermeros fue procesada por encubrimiento una
enfermera.
Se desconocen los nombres de
los tres porque según la legislación uruguaya no se puede identificar a quienes
no tienen antecedentes penales.
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